viernes, 12 de marzo de 2010

"España eligió entregar los desamparados saharauis a un régimen dictatorial"

Intervención de Aminetu Haidar en la Conferencia Internacional celebrada en Granada, paralelamente a la cumbre UE-Marruecos

Extraido de Rebelión



Granada, 7 de marzo de 2010

Respetables participantes,

Queridos amigas y amigos,

Permítanme expresar mis más sinceros agradecimientos a los organizadores de esta conferencia por haberme dado la oportunidad de participar en ella, así como mis deseos de que finalice su labor exitosamente y de que participe en la imposición del respeto de los derechos humanos en el Sáhara Occidental. Antes de mi intervención, debo presentar mis respetos y mi estima a todas las personas libres de este mundo y expresarles mi reconocimiento por su fuerza solidaria y valiente humanismo que obligó al régimen marroquí a resignarse ante la voluntad de la justicia y aceptar mi retorno a mi país, el Sáhara Occidental, sin condiciones, tras mi expulsión forzosa por parte de este mismo régimen a finales del año pasado en cumplimiento de sus abusivas directrices vengativas contra los activistas saharauis de derechos humanos.

Luché contra la muerte durante la batalla de huelga de hambre en la isla de Lanzarote y sufrí como madre al pensar continuamente en mis hijos, pero mi amor a la vida no me subyugó como para elegir otra senda que no fuese la senda de la dignidad y abnegación. Y en base a mismos esos valores se formó la Plataforma de Solidaridad con Aminattu Haidar, con lo cual comenzaron los sentimientos humanos más bellos y sublimes a cruzar fronteras y continentes. Vuestra presencia a mi lado me ha dado firmeza y confianza, pues fortalecisteis en mí la esperanza de la constancia y en ningún momento sentí que sufría sola. Gracias a vosotros y vuestro apoyo he sobrepasado ese sufrimiento, he vuelto a mi tierra y he abrazado a mis hijos.

La celebración de la cumbre entre Marruecos y Europa en la ciudad española de Granada es una ocasión que, sin lugar a dudas, colmará a los saharauis víctimas del aparato represor marroquí de un sentimiento renovado de negación de sus sufrimientos y, también, de desprecio hacia su esencia humana. España abandonó el territorio del Sáhara Occidental a mediados de los años setenta del siglo pasado dejando a los saharauis en manos de un aparato represor feroz que no se apiadó ni de los niños ni de los ancianos, es más, ni siquiera se salvaron de su crueldad el resto de los seres vivos de la zona, pues los recursos naturales marinos y terrestres fueron esquilmados para subvencionar su maquinaria bélica. Esa España que el 14 de noviembre de 1975 eligió entregar los desamparados saharauis a un régimen dictatorial, despojándose de su humanidad y escapando de su responsabilidad en la celebración de un referéndum para la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental, esa misma España se hunde hoy en las tinieblas de antaño y reproduce nuevas plataformas para el entendimiento y la promoción de las relaciones con el vecino del sur como si tuviera con él una deuda que no acaba de pagar. Pero ¿qué engaño se conserva en la historia hasta que es desvelado por los diversos contactos íntimos entre España y Marruecos? Y ¿qué afecto le muestra España a su vecino del sur y que no muestra al resto de países? El sentimiento que tienen los saharauis de la traición de España es una herida profunda que con el tiempo no ha hecho más que ahondarse, pues tanto había crecido su esperanza de que algún día la España oficial revisase su postura y reconociese la verdadera deuda que mancha las páginas de su historia. Y qué mejor ocasión, presidiendo España la Unión Europea, para que España presentara disculpas por su crimen histórico y blandiera la espada de la justicia ante aquellos que han cambiado el significado de la verdad y convirtieron la usurpación y el pillaje en derechos legítimos. Al lado de España, se sentará la parte marroquí engrandecida por la defensa de sus amigos en el gobierno del Señor Zapatero y expondrá tergiversaciones y medias verdades sobre los factores que capacitan a Marruecos para asumir un estatus avanzado en su relación con la Unión Europea. Con esta ocasión, debemos detenernos ante la naturaleza de dichos factores que han seducido a los vecinos del norte para que manifiesten un entusiasmo sin igual al comienzo de su periodo de presidencia europea con un encuentro en Granada e impulsar la operación de blanqueamiento de la historia sanguinaria del Reino de Marruecos.

Instancia Equidad y Reconciliación

En su campaña de difusión de la Instancia Equidad y Reconciliación, la propaganda oficial marroquí hizo hincapié en lo que denominó “un logro sin parangón” en el Tercer Mundo e, incluso, sobrepasa las fronteras en la dirección del vecino del norte; vecino que no osa releer su pasado en la medida que lo han hecho las citadas pretensiones.

Aunque la Instancia ha sido fruto del esfuerzo del movimiento activista de los Derechos Humanos en Marruecos y de los defensores saharauis de los Derechos Humanos, sin embargo, todas sus exigencias para la fundación de una instancia de la verdad, el enjuiciamiento de los verdugos y la presentación de excusas por parte del Estado marroquí por sus crímenes, al igual que ocurre con todas las instancias de la verdad conocidas, han sido transformadas por voluntad política del Estado marroquí en una instancia cuyo objetivo es asegurar la unanimidad sobre el rey e indemnizar con cantidades ridículas a las víctimas de la represión en etapas anteriores. De esta manera, su metodología de trabajo se basó en las llamadas sesiones de audición de las víctimas, limitadas en número y bastardeadas por las directrices que prohibían a la víctima citar los nombres de los verdugos durante la declaración de su testimonio, de hecho, esto era una condición imprescindible para poder testificar. Pero lo más grave fue la eliminación, por parte de la Instancia, del territorio del Sáhara Occidental de estas sesiones y el predominio del aspecto político sobre el aspecto humanitario en su trato con las víctimas saharauis.

Así, de todo lo que se difundió al principio de las actividades de la Instancia para pasar la página del pasado, únicamente se logró pasar las páginas del informe confeccionado y volver al pasado gracias a la promoción de los verdugos hacia puestos sensibles en la Policía, la Gendarmería, el Ejército, la Administración de Prisiones y los diferentes aparatos de seguridad, volviendo estos mismos aparatos a ejercer sus ya conocidas funciones. Son numerosos los informes emitidos por asociaciones saharauis y marroquíes que exigen el conocimiento del paradero de cientos de secuestrados desaparecidos, así como el enjuiciamiento de los verdugos. El informe de Amnistía Internacional del mes de enero de 2010 registró un retraso del Estado marroquí en el cumplimiento de sus compromisos al no ejecutar las recomendaciones de la Instancia Equidad y Reconciliación. Después de más de seis años de la emisión de las recomendaciones y de espera para conocer el paradero de los desaparecidos y la aceleración del proceso de integración social, así como la garantía del no retorno a las violaciones cometidas en el pasado y el comienzo de las reformas constitucionales y jurídicas que garanticen la protección de la sociedad, el Estado marroquí no sólo eludió su cumplimiento sino que volvió a repetir las violaciones y con la misma metodología utilizada en el pasado. Y todo esto ha sido observado y confirmado en los informes de las asociaciones internacionales de derechos humanos.

La Instancia Equidad y Reconciliación no ha hecho cambiar la esencia represora del Estado marroquí, sino que ha participado provisionalmente en la ocultación de dicha verdad y ha descubierto que la pretensión del régimen era, y es, sacar un producto propagandístico vendible que seduzca al mundo occidental y le abra el apetito para solidarizarse con regímenes que presumen de amantes de la democracia y del respeto a los derechos humanos. En este sentido, el contexto se hizo idóneo cuando las nubes de la lucha contra el terrorismo empezaron a tapar la realidad de la vuelta de las graves violaciones de los derechos humanos, es más, hubo un retroceso de facto en la vigilancia del respeto de los derechos humanos como valor fundamental en la escala de prioridades de un mundo obsesionado por la seguridad de las fronteras nacionales, aunque ello fuera en detrimento de los valores y principios de los Derechos Humanos.

El Estatus avanzado

Activar los mecanismos de la puesta en marcha del estatuto avanzado en beneficio del Estado marroquí significa obligatoriamente que la Unión Europea, al aceptar, obviando los requisitos de aceptación, a un país como lo es el Reino de Marruecos en calidad de socio preferente, ha dejado de lado los principios recogidos en las constituciones de los países europeos y que la propia Unión Europea ha hecho suyos y se los ha impuesto, como requisitos, a los países que sueñan con entrar en el círculo de contactos de la Unión. Y a la cabeza de estos requisitos está la naturaleza democrática del sistema político que, a su vez, convierte al respeto de los derechos humanos en la piedra angular a la hora de construir un estado institucional. En tal situación, es inevitable preguntarse acerca de la seriedad de la adopción, por parte de países con una larga experiencia democrática como es el caso de la mayoría de los países de la Unión, de unos parámetros envueltos en la duda y la ambigüedad para justificar a regímenes que siguen siendo clasificados como regímenes puramente totalitarios. Con todo esto, están intentando no mirar hacia las noticias diarias provenientes de Marruecos y los informes hechos por organizaciones de mucho peso como son Amnistía Internacional y Human Rights Watch, y que están reportando una gran disminución y degeneración del respeto a los derechos humanos. De hecho, se está dando el aviso de un retroceso peligroso en este ámbito, siendo una de las pruebas más claras de la naturaleza totalitaria del régimen el acoso que está sufriendo la prensa independiente en Marruecos por medio de la imposición de resoluciones administrativas abusivas y condenas privativas de la libertad, así como la eliminación profesional de conocidos periodistas tales como Bubakar Yamaai y Ali Lmrabet. Además de todo esto, está el registro sangriento del Sáhara Occidental. Bastará con lo que pudieron verificar el Alto Comisionado para los Derechos Humanos y la Comisión ad hoc del Parlamento Europeo durante sus visitas al territorio, todo ello reflejado en sus informes, además de lo que está ocurriendo en la zona desde mayo de 2005, es decir, confiscación de derechos fundamentales como la libertad de expresión y de desplazamiento, y la libertad de reunión y creación de asociaciones; la represión continua y la tortura hasta la muerte, así como la detención de decenas de saharauis entre ellos activistas de los derechos humanos. Sin olvidar que junto a la violación de los derechos civiles y políticos, el Estado marroquí continúa violando los derechos económicos de los saharauis por medio del pillaje de sus recursos naturales a pesar de que Naciones Unidas ha confirmado la ilegalidad de la explotación de dichos recursos. Por otra parte, es bueno recordar que este grave desgaste de las riquezas del pueblo saharaui sin su propio consentimiento está amenazando con la extinción de los recursos naturales, de manera especial la fauna marina, lo que condena las generaciones saharauis venideras a vivir en la pobreza y en la humillación.

El Sáhara Occidental y el juego de los intereses

El silencio estrepitoso del Gobierno español ante lo que está teniendo lugar en el Sáhara Occidental respecto a las graves violaciones de los derechos humanos y al continuo pillaje de su riquezas, no puede tener otra interpretación que el ciego seguidismo de una propaganda sin valor alguno y la desvinculación sin causa alguna de los vínculos históricos tejidos durante la presencia española en el Sáhara Occidental durante casi un siglo. El Gobierno español es quien mejor conoce lo que les sucedió a los saharauis como consecuencia de su retirada precipitada antes de culminar el proceso de descolonización de la colonia española del Sáhara Occidental. Y si los pueblos de España han sido fieles a sus más nobles sentimientos humanos hacia el pueblo saharaui y están realizando todo lo que les ordena el deber de la solidaridad así como el esfuerzo necesario para doblegar al Gobierno y disuadirle de ir en contra de su voluntad; hoy en día, lo que está comenzando el Gobierno de España para fundar un estatus tras el cual se pueda parapetar el régimen marroquí y se obstaculicen, de esta manera, los esfuerzos para alcanzar la paz en la región del Magreb, no es una conducta amistosa y crea mucha frustración entre la gran mayoría de los saharauis. ¿No habría sido más consecuente que España, la potencia colonial del territorio del Sáhara Occidental, aspirara a eliminar todas las trabas que han estado, y están, impidiendo la culminación de la descolonización del territorio? Lo cual supondría únicamente su exculpación de todo lo que hizo contra este pueblo al que ha desperdigado y arrojado al abismo de lo desconocido. Y son testigos de ello los miles de saharauis refugiados en territorio argelino; los numerosos desaparecidos saharauis de paradero desconocido que sobrepasan los 500; las cárceles marroquíes que acogen a más de 50 presos políticos saharauis, siendo los siete activistas saharauis sus últimos inquilinos desde el día 8 de octubre pasado y tras su regreso de la visita realizada a los Campamentos de Refugiados Saharauis; estos activistas fueron derivados a la cárcel marroquí de Salé donde están esperando ser juzgados por un tribunal militar. Igualmente, otro grupo compuesto por doce activistas saharauis volverá esta tarde tras realizar la misma visita y se teme que corran la misma suerte.

El Gobierno español está encadenado a una responsabilidad moral hacia el pueblo saharaui y antes de entrar a valorar lo que Marruecos pueda presentar para asumir el estatuto avanzado pretendido, sería más esperanzador volver la mirada hacia los presos haciendo prevalecer el aspecto humanitario y liberándoles; desvelar el paradero de los desaparecidos y devolver el respeto a los saharauis mediante la exclusión del territorio del Sáhara Occidental del ámbito de aplicación de los acuerdos de pesca y explotación de los recursos naturales firmados por Marruecos y la Unión Europea.

Una vez más os reitero mi gratitud y la de mi pueblo, el pueblo saharaui, que ha soñado con la libertad un poco más gracias a vosotros y a vuestro sacrificio.

Sin embargo, espero que aumente vuestro interés y el de todas las voces libres del mundo para que aunéis vuestras energías y hagáis presión, mucha presión, con el fin de hacer fracasar todas las iniciativas nocivas para la causa justa saharaui que el régimen marroquí ose llevar a cabo en complicidad con sus socios europeos. Sobre todo, no nos dejemos engañar por la verborrea y los discursos altisonantes, y pongámonos manos a la obra, cada cual con su granito de arena. Y no olvidemos las palabras de Edmund Burke: “para que el mal triunfe basta con que los hombres de bien no hagan nada”.

Traducido del árabe por Larosi Haidar

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