MI CORAZÓN CON EL PUEBLO SAHARAUI.

Es difícil expresar todo lo vivido en los campamentos de refugiados del pueblo saharaui. Para mí han sido dos semanas inolvidables llenas de emociones que siguen explotando en mi interior, de sentimientos que me abordan y hacen que mis ojos se llenen de lágrimas.

Nunca olvidaré la hospitalidad de esa gente que no tiene nada y te lo da todo. Sus sonrisas, su alegría y sus ganas de vivir. Ellos me han enseñado que con muy poquito se puede ser feliz, que no hace falta tener mucho para ser solidario y que las buenas personas con corazones grandes existen; yo lo vi.

Admiro a esa gente, admiro a esos niños jugando con un balón imaginario, corriendo por la arena, inventando mil juegos con las manos vacías… Ellos me han contagiado sus ganas de luchar por la vida, y me hacen recordar cada momento que no puedo perder la sonrisa de la cara ya que ellos no lo hacen a pesar de vivir en un lugar tan duro como el desierto.

Después de esta experiencia doy gracias por todo lo que tengo, por esas pequeñas cosas que no valoramos y que ellos no tienen: una ducha, una cama, una casa, mucha comida… y miles de oportunidades que desaprovechamos cada día. Por ello te invito y te animo a que disfrutes de cada momento de tu vida… porque somos muy afortunados. Y os pido de todo corazón que no le deis la espalda a este pueblo, que se alimenta de la ayuda humanitaria, ya que les robaron su tierra y con ellos todos los recursos naturales que son necesarios para sobrevivir.

Ellos me ayudaron y me apoyaron en mi aventura, yo nunca los olvidaré. Mi corazón está con el pueblo saharaui.

Damaris Sánchez Ramírez.